De la mano de nuestra querida Ángela Ortiz, recuperamos esta entrevista realizada a Olvido Gara, más conocida como Alaska. Un icono que no entiende solo de una generación . Ella es simplemente única e irrepetible, y en esta entrevista tenemos el placer de conocerla un poco más. Esperamos que la disfrutéis tanto como nosotros.
GFX: Toda tu labor artística está íntimamente ligada a un estilo de vida personal. Un estilo construido sobre la autenticidad, la coherencia, la independencia, la tolerancia y una inevitable fuerza de voluntad. ¿Si tuvieras que elegir entre tu dimensión artística y tu condición de referente, con qué te quedarías?
Alaska: No creo que yo sea un modelo de vida más que para mí, te lo digo de verdad. El único modelo que Nacho y yo podemos representar es el que anima a salir de cualquier situación. Tampoco de cualquier situación… si estás con una enfermedad terminal… hay cosas de las que no. Pero, más o menos, nosotros somos un poco la muestra de que por un momento te puede ir muy bien y luego te puede ir muy mal; puedes ganar durante un tiempo mucho dinero y después puedes no tener cómo llegar a final de mes; pero ahí has de seguir, haciendo, pues, lo que tú crees que tienes que hacer, volcado en lo que te gusta. Este es el único ejemplo que podemos dar. Aunque más que ejemplo, es lanzar el mensaje: oye, aunque la cosa se ponga muy fea muy fea muy fea, yo creo que siempre hay, más o menos, alguna salida. Pero no somos ejemplo de nada. Yo no quiero ser modelo de nada, no quiero, es una responsabilidad y bastante tengo conmigo misma
GFX: ¿Por qué dices en una de tus canciones que el amor no es la solución, que es el problema?, ¿de verdad crees que la solución está en la inteligencia artificial?
Alaska: Hombre, el amor, cuando viene bien, es una solución, pero, cuando no, tienes un problema añadido a lo que tienes. Eso supongo que ya lo sabemos todos. Nacho y yo lo que decimos es que, en todo caso, no te afecte: si tienes novio o si no lo tienes, si te quiere o no te quiere, si te mira o no te mira. De esta forma, a lo mejor, podrías concentrarte en otras cosas. Pero somos humanos y obviamente todo el mundo de los sentimientos manda mucho.
GFX: ¿No crees que esta sociedad hiperprotectora está debilitando la fuerza de voluntad de las personas?
Alaska: Bueno, es probable, a todos nos gusta que nos cuiden y que nos ayuden en la medida de lo posible. Las cosas no son fáciles, algunas personas tenemos un carácter más fuerte y, pase lo que pase, salimos adelante, mientras otras, a lo mejor, se acomodan y no saben salir. A ver, yo creo que tiene que existir un equilibrio en la sociedad: hay que apoyar al que se encuentra en una situación desfavorecida, extrema, pero también hay ayudar a hacerse mayor. Cuando eres más mayor tienes que dejar de pensar que en tu casa te van a dar las cosas, tienes que buscártelas por ti mismo. Y hay gente con mucho arrojo que a los quince años se va de casa, se busca lo que sea y se pone a hacer algo: estudiar esto, hacer lo otro, porque así estás a gusto y te sientes bien, mientras otra espera que se lo den todo hecho. Supongo que tiene que ver con el carácter de cada uno.
GFX: Sin incurrir en una añoranza sensiblera, ¿qué cosas, qué “ídolos del ayer” recuperarías del pasado?
Alaska: Pues todos. Los ídolos que se tienen no cambian. Puedes ir añadiendo otros, claro. Y puede que, a lo mejor, lo que hagan hoy en día no sea tan importante para ti como lo que hicieron en otro momento, pero no por eso dejan de ser tus ídolos. A mí, Bowie me cambió la vida. Cuando yo tenía doce años, me convirtió totalmente en otra persona. Me permitió descubrir que había algo más allá de lo que yo veía en mi clase., que era lo único que yo conocía en aquel momento.
Después, algunos de sus trabajos me gustaron menos, pero nunca dejó de ser un ídolo para mí.
GFX: ¿Qué nos dará, en tu opinión, un futuro mejor: la inteligencia artificial o el espíritu de tolerancia?
Alaska: Las dos cosas. El ideal es una mezcla. Las cosas, cuando se quedan sólo con uno de los dos extremos, seguro que está todo mal. La idea de la tolerancia tiene mucho que ver con cierto grado de inteligencia artificial: a lo mejor, esta persona no te cae bien, o no piensa como tú, o te parece fea; pero vive al lado tuyo y tiene los mismos derechos y obligaciones que tú, y no tienes ni que hacerte mala sangre, ni que odiarla, ni tampoco quererla. Yo creo que un poco en el punto intermedio estaría la virtud.
GFX: Muy aristotélica.
Alaska: Sí, hay que ser muy aristotélicos en esta vida (ríe)
GFX: Me gustaría terminar, Alaska, con una pregunta que también he formulado a Mario. ¿Por qué crees que nuestra sociedad es tan intolerante y violenta con todo aquello que se sale de la norma?
Alaska: Yo creo que debe ir con el gen del homo sapiens. No sé como serían los neandertales, pero, desde luego, a los homo sapiens todo lo que sea distinto les asusta. A algunos, lo que no conocen les asusta, les provoca, en principio, rechazo. Hay otra gente, con la mente más abierta, a la que, por contrario, todo lo distinto les atrae y les provoca curiosidad.
Aunque supongo que todos, cuando establecemos un tipo de vida, el que sea, nos parece que lo otro es una amenaza. Supongo que todos creemos que nuestra vida, la que cada uno se monta, es estupenda, y no quieres que nadie venga a cambiarla. Y al que es distinto a nosotros lo percibimos como una amenaza. Es una forma muy cerrada de vivir y de entender lo que es diferente.
Aunque creo que hemos mejorado mucho, no seamos tampoco ingenuos. Vamos a seguir viendo por mucho tiempo distintas formas de intolerancia. Lo que sí hemos logrado es que la ley en muchos casos y en algunos países nos proteja. En otos momentos, los negros, los homosexuales eran rechazados socialmente y además la ley estaba en su contra. Hoy en día, en muchos países, por lo menos, sabes que la ley está a favor tuyo: si vas caminando por la calle y viene un chico y te dice: “¡maricón de mierda!”, y te pega, a quien van a detener es a él, no a ti. Esto antes, en otras épocas, tampoco ocurría.
GFX: Qué opinión tienes sobre el bulling?
Alaska: Antes parecía menos frecuente. Yo cuando iba al colegio por el año 70 no conocí ni un caso de bulling. Creo que ha ido a peor y se ha agravado fundamentalmente por las redes sociales: se meten contigo en el colegio, y cuando llegas a casa, sigues teniendo un wasap, un tweet. En ningún lado estás a salvo, Es terrible.
Agradezco a Alaska su amabilidad por haberme concedido esta entrevista. Un abrazo
Entrevista y fotografías por Ángela Ortiz.
