“Ghosting, benching, Zombing ¿Puede hablar alguien mi idioma?”
Esta gente es tan buena que lo hace con tal cuidado que eres tú mismo el que se sienta en el banquillo sin querer molestar. En mi caso, era su exnovio que venía de Madrid a por sus cosas, y claro, tenían que hablar… ¿Todos los fines de semana?… menos mal que mis amigos me abrieron los ojos.