El SABOR DE LAS PEPITAS DE MANZANA. POR ANTONIO ÁVILA CALMAESTRA

Me juré que jamás  volvería a una de esas estúpidas quedadas de citas express pero ahí estaba yo, sentado frente a la cuarta chica de la jornada. “¿Qué es lo que más te gusta en el mundo? “, pregunté casi con hastío. Ella sonrió y, al hacerlo, arrugó su nariz pecosa: “el sabor de las pepitas de manzana, tostadas con un poco de azúcar de caña”…  El tiempo se detuvo y juraría que pude ver como cientos de  mariposas comenzaban a revolotear a nuestro alrededor… ¡Él disfrutaba de ese incomprendido placer!. “Bueno, también me gusta comer pelo, pero con la medicación estoy mejorando bastante”, dijo ella cabizbaja mientras, con el dedo índice,  hacía dibujos invisibles en la mesilla. Sinceramente, quise salir corriendo de allí, pero no pude moverme, a esas alturas ya me había enamorado.

Por Antonio Ávila Camaestra

Relato finalista del concurso «Cuéntanos tu historia de amor, sea real o fictícia»

NO TE PIERDAS NADA

Entérate de las noticias destacadas

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Comparte en redes sociales

Sobre el autor

1 comentario en “El SABOR DE LAS PEPITAS DE MANZANA. POR ANTONIO ÁVILA CALMAESTRA”

  1. Pingback: El sabor de las pepitas de manzana | Los 40 son los nuevos 30

Los comentarios están cerrados.