He aquí uno de los clichés más polémicos y comentados en nuestros días, fuente de críticas, complejos, orgullo o incluso obsesión. “El tamaño del pene”.
Hablemos de tamaños de pene… muchas son las preocupaciones de los hombres por su tamaño, se cuestionan si serán normales, si les gustará a su pareja sexual, si compararán con otros hombres cuando vaya al gimnasio. Un largo etcétera de pensamientos que invaden al hombre y llegan incluso a cuestionarse su virilidad.
El hombre tiene el pene de mayor tamaño de todos los primates, por ejemplo, el gorila tiene unos 3,17 cm. en erección, el orangután 3,81, el chimpancé 7 y el hombre unos 15 cm, y aún así, parece que nunca está satisfecho.
“¡¡Cuando voy al gimnasio nunca me ducho allí, recuerdo que una vez fui a ducharme y me dio mucha vergüenza, veía a chicos con tamaños descomunales y eso que estaban relajados, ya ni que pensar como serían cuando se excitaran, en cambio yo no tenía ni la mitad!!”
Principal mito,
Las diferencias en cuestión de tamaño pueden variar muchísimo y para nada el tamaño en flacidez va a ser indicativo de un gran tamaño cuando alcance la erección.
Hay penes que en estado de relajación alcanzan 7 cm. y cuando entran en erección se alargan hasta los 15, y también hay ocasiones que penes en relajación miden 14cm. y en erección solo crecen un centímetro más, conclusión, ambos tendrán en erección el mismo tamaño pero difieren en su tamaño de relajación.
Es frecuente entre los hombres el pensar que un mayor tamaño les gustará a las mujeres, hay que decir que para gustos colores, pero teniendo en cuenta que si dividimos la vagina de una mujer en tres partes, el primer tercio es dónde se encuentran la mayor proporción de sensibilidad, disminuyendo considerablemente en los otros dos tercios restantes, esto tiene su explicación evolutiva, cuando la mujer está embarazada, en el momento del parto el hecho de que no tenga tanta sensibilidad en la zona más profunda de la vagina hará menos doloroso el momento de dar a luz. Con lo cual, un pene pequeño puede llegar fácilmente al primer tercio de la vagina y ser extremadamente satisfactorio. Con un pene muy grande muchas mujeres se quejan de que en determinadas posiciones donde la penetración es más profunda sienten dolor y es porque el pene golpea el útero produciendo una sensación muy desagradable.
Pero si al penetrar y llegar tan profundo es desagradable, ¿por qué existe el mito de que el tamaño importa entre las mujeres? Evolutivamente la parte visual ha jugado un papel muy importante en la elección del macho, nuestros ancestros iban desnudos y los grandes tamaños eran indicativos para la hembra de que sería un buen macho reproductor. Al igual que el tamaño de las mamas en las hembras eran indicador de fertilidad para los machos, y progresivamente, aunque no tiene lógica desde el punto de vista funcional, lo cierto es que se ha extendido hasta nuestros días, siendo la operaciones de estética de aumento de pechos y las prótesis o alargamientos de pene en el caso de los hombres, las más demandadas. Por lo tanto podríamos decir que un pene grande provocaría más excitación si nos lo imaginamos o si lo vemos más que a la hora de mantener relaciones sexuales.
Entre las mujeres, también existe la creencia de que un pene grande hará que tengan sensación de que “les llenan más”.
Una pareja vino hace algún tiempo a consulta porque él estaba acomplejado por su tamaño y quería mi opinión sobre las operaciones de alargamiento de pene, la mujer me decía “Sandra es que ni la siento cuando me la mete” (por supuesto éstos comentarios eran de los más suaves en comparación de lo que le decía al marido en privado), a la pregunta de cuánto media aproximadamente, el respondió que 17 cm, y mi siguiente pregunta fue hacia la mujer, sobre si en alguna ocasión se había orinado encima, la mujer sorprendida me respondió que sí, y mi recomendación terapéutica fue que fortaleciera la musculatura de la vagina. Esta musculatura tiene la fabulosa capacidad de adaptarse a cualquier tamaño y presionar el pene, y para potenciar ese agarre y favorecer el disfrute de ambos en la relación sexual conviene fortalecerla y además de notar sus resultados en el sexo, vienen genial para fortalecer el suelo pélvico y prevenir incontinencias urinarias y prolapsos uterinos. Mi trabajo fue conjunto con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico, él se ocupaba de la parte anatómica y yo de los destrozos que habían causado los reproches en la autoestima del hombre.
En definitiva, como dice el dicho, “para gustos colores”, pero una cuestión sí que está clara, y es que aceptarnos y querernos, sabiendo potenciar todos los atributos que tenemos es esencial para disfrutar de nosotros mismo y del sexo, antes de quedarse en una cuestión tan simple como el tamaño, hay que ir un poquito más allá e interesarse por el juego de la seducción, zonas, lugares y actitudes que te harán disfrutar enormemente.
La piel de las personas es la más sensible de todos los mamíferos, en tan solo 2,5 cm2. de piel existen más de 1300 células nerviosas, imagínate la cantidad y explosión de sensaciones podemos experimentar en todo nuestro cuerpo.
Sexóloga.
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Hola Sandra,
Interesantísimo artículo!! Mi profesión es la dietética, pero en la carrera cursé una asignatura variable que trataba de “educación afectivo-sexual”. Y es un tema que me interesa muchísimo. Al fin y al cabo, tener relaciones sexuales de calidad es un buen hábito saludable.
Pero yo añadiría, cuándo hablamos de tamaño, que es un encaje entre dos órganos. Uno que invade y otro que se deja invadir. En este caso son dos tamaños y en tres dimensiones. Por lo tanto yo hablaría de cm3 (ancho x largo x profundo). Tanto del pene, cómo de la vagina.
Así pués, yo si que creo que al final el tamaño importa. Más que el tamaño, la combinación de los dos. Creo que en la mayoría de combinaciones entre penes y vaginas se encaja y disfruta, pero hay extremos tanto en la vagina cómo en el pene, por exceso o por defecto, que su combinación hace peligrar el placer sexual de ambos.
Saludos!
Supongo que para gustos colores. A mi lo más raro que me ha pasado fue con una novia a la cual le gustaba precisamente lo que se dice en el artículo que resulta desagradable… que le tocase la pared del útero con el pene. Vamos que llegase al final. Supongo que para este caso igual entra un componente psicológico .. no sé. En mi resto de relaciones las chcias preferían los ejercicios en la zona menos interna.
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