Hemos visitado el estudio del artista murciano, politólogo y miembro de la Real Academia de Alfonso X de Murcia, Alvaro Peña, y la primera impresión con la que nos topamos es la de estar frente a una persona de infinita curiosidad intelectual abocado a una creatividad constante que le permite manifestar sus sentimientos más vitales. Alvaro es un creativo en el sentido más amplio de la palabra.
Desde su estudio murciano proyecta al mundo su investigación constante en el mundo del arte y cada vez son más los críticos y entendidos que alaban su carácter multifacético y su inquietud aventurera.
Álvaro Peña, murciano de pro, siempre arraigado a la tierra que lo vio nacer proyecta su arte por medio mundo. China, Lituania, Italia, Estados Unidos, Portugal, Francia o Rumanía solo son algunos de los países donde ya ha aterrizado su obra, y hoy comparte con nosotros sus orígenes, sentimientos y próximos proyectos.
Alvaro ¿Cómo empezó todo?
Hace mucho, con unos 7 años empecé a realizar ilustraciones y cómics que me permitían expresar mi mundo interior. La creación es un juego y yo la quería llevar hasta sus extremos, esto me llevó a ganar varios premios de pintura con 14 años y la posibilidad de ilustrar portadas de libros. Crear implica disfrutar, aprender, soñar y arriesgarse.
Siempre he pensado que debía arriesgar, no quedarme en el juego fácil, en esos primeros estadios del arte, si no que por el contrarios había caminos desconocidos que debía explorar y así he estado toda mi vida.
Buscando un camino con un lenguaje expresivo, alejado de corrientes, pero eso sí, una vez estudiados los clásicos, que me han hecho ver lo que existe y hacía donde han llegado.

Vemos en tu obra que el dibujo siempre está presente… ¿Se debe a sus orígenes como ilustrador?
Así es, desde pequeño me interesaba la línea; unas líneas que unidas a unas manchas de color provocaban sensaciones. Una línea es el elemento más básico y puro en el arte, pero lleva aparejada el movimiento
Durante unos años me decían que los grandes pintores no utilizaban líneas, sólo se pintaba mediante la superposición de manchas de color, con los años me di cuenta que aquello que me contaban no tenía ningún fundamento y así volví al dibujo y a la línea con más fuerza, haciéndola parte importante de mis creaciones.

¿Cómo es tu proceso creativo?
Soy un trabajador incansable, me encanta estar rodeado de arte y con un pincel en la mano. Del trabajo se aprende siempre y se debe ser un poco más exigente, esa es la base.
No me gusta dejar las cosas a medias. No me gusta ver una obra mía y pensar que se podía haber hecho mejor. Creo que la excelencia es algo prioritario en el día a día, hagas lo que hagas.
Hay gente que piensa que mis obras son de rápida ejecución y efectivamente una vez dominada la técnica se pueden llevar a cabo en poco tiempo, pero lo complicado es llegar a ello… Pensar, reflexionar. Me atormento mucho con cada una de mis obras antes de empezar a realizarla.
No puedo coger un lienzo y un pincel y empezar a manchar sin más, todo obedece a un plan previamente establecido en donde no dejo nada al azar, considero fundamental la composición. Desde que eres consciente de que existe una proporción áurea, algo que yo ya sabía sin ser consciente de ello…Te das cuenta que, efectivamente, el equilibrio, la belleza y la armonía es algo que surge solo.

Eso no se consigue pintando y pintando horas sobre un lienzo, se consigue pensando frente a un lienzo en blanco. La mente te dice exactamente por donde tienes que ir.
Al final de esa mezcla entre técnica, mente y composición sale la obra definitiva. Esa obra que llega la espectador y que le expresa algún tipo de sentimiento, que le llega al alma y puede llegar a decir: “no sé que es, pero me produce placer su contemplación”
Mi pintura no es fácil de entender, tampoco pretendo eso, sólo quiero que transmita algo, por eso no me sirvo de las modas y corrientes actuales, si no que busco incansablemente nuevas formas de expresión.

¿Cual es tu fuente de inspiración?
Habitualmente soy un gran observador, contemplo y asimilo todo lo que tengo a mi alrededor, pero aún es más necesario ver lo que los demás no ven, con esto no me estoy refiriendo a colores o formas, sino a sentimientos, sensaciones, situaciones que no me dejan indiferentes y que me provocan algo, eso es lo que busco y por lo que merece la pena estar en contacto con los demás
Se habla mucho de tu carácter multifacético, ¿En que proyectos andas trabajando últimamente?
Después de haber regresado de Shanghái en donde participé en una exposición de esculturas y una demostración de pintura en directo, estoy metido de lleno en mi nueva exposición “ La Liturgia de la línea” un proyecto que presenté después de un largo proceso de análisis de mi trayectoria en torno a la línea y la mancha y que quedó valorado en primer lugar entre los presentados a nivel nacional al Museu Santa Pola, un antiguo castillo fortaleza reconvertido en centro de arte.
Desde el principio su responsable María José Cerdá apostó por mí y bajo el comisariado del crítico e historiador Valeriano Venneri estamos preparando una exposición en donde siento que estoy dando una parte importante de mis últimos encuentros con la creación.
En este trabajo se hace un profundo examen de conciencia en torno a mi predilección con la línea y todo ello en un espacio en donde la mancha cobra mucho protagonismo.
Así lo han entendido el comisario en un bello texto introductorio del catálogo que me han editado desde el museo:
“La ópera de Peña supone una continua investigación y evolución sobre la línea, prácticamente una interpretación del ‘esfumado’ leonardesco o de los contornos botticelianos. Sus obras son, o bien coloristas, con espléndidos mosaicos de color que se componen de una forma armónica, o en blanco y negro, creando casi un nuevo género pictórico.
En Álvaro Peña el pincel se mueve de una manera natural y musical, casi poética, sus colores parecen versos, sus líneas, rimas, y los espacios blancos son como pausas, pues en Peña también los silencios se pueden percibir.
Su figuración es interesante, tantas veces las figuras esconden sus rostros pretendiendo que el espectador puede sentirse profundamente identificado en ellas y ser transportado por las curvas que las abrazan de forma delicada, elegante y proporcional.”
Por otro lado, desde Murcia, mi tierra, he podido tener la colaboración de un gran amigo y crítico de arte al que siempre he considerado por su buen hacer y por comprometerse con los artistas para sacar lo mejor de cada uno, es, Pedro Manzano:
“Álvaro Peña retoma en esta serie una coreografía espartana, sometiendo sus piezas a un ritual vertiginoso, a un sistema que se nos presenta siempre en constante desarrollo, haciéndolo parecer inacabado, sometido a la evolución permanente que impone la cadencia de la pincelada y los campos cromáticos. Ahora, en un momento en el que ya no parecen funcionar los mensajes de masas; en estos tiempos en los que el observador, el receptor, aspira a que se le hable como una individualidad –un cambio de paradigma que hace que tengamos que replantearnos la pintura, el arte, como un asunto experiencial único e intransferible–, obligando al artista a encontrar un equilibrio, entre la historia global que pretende contar y una estrategia de comunicación válida, de tú a tú, con su consumidor potencial, urgiéndole a salir del espacio de confort que suponía pertenecer a la estructura sofisticada denominada cultura.”
No hay duda de que tu si eres profeta en tu tierra, pero últimamente también se está valorando tu obra fuera de Murcia. ¿Sientes que has llegado a donde querías?
Mi intención no es llegar a ningún sitio, simplemente seguir recorriendo el camino que emprendí desde pequeño y progresar en esa búsqueda de mi realidad, una forma de expresar y de pensar que puede gustar más o menos, pero sin duda es la que he decidido seguir.
No me dejo influenciar por nada ni por nadie. Soy un apasionado de las biografías de grandes artistas y he llegado a la conclusión de que nuevas generaciones, no las actuales, decidirán que se queda y perdurará en el mundo de la cultura y el arte y que formará parte de ese grueso ejercito de artistas y creativos que no superarán esa línea.
Lo que podemos dar por asegurado es que Alvaro Peña seguirá disfrutando mientras trabaja, y por lo que hemos oído en su estudio, acompañado de fondo con música Chill Out de Café del Mar, que según nos cuenta le permite seguir soñando despierto.
Foto portada: Fede Leante
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Enhorabuena Alvaro!!