Gabriel Ródenas (1976), autor del El Búnker de Noe, Estación Orichalcum, o Los Pasajeros, no espera a que las musas lo visiten, sino es dándole al teclado.
Lo imagino puntualmente madrugador, sentado frente a su ordenador, con un café recién hecho en su cafetera Bialettí y música de Pearl Jam, de fondo, y su reciente novela, “La Abuela que cruzó el mundo en una bicicleta”, está dando, literalmente, la vuelta al mundo.
Traducida a seis idiomas (alemán, portugués, italiano, búlgaro, griego y lituano, aparte del castellano) se encuentra a la venta en Amazon, La Fnac, La Casa del Libro, y en numerosas plataformas de venta, tanto físicas, como digitales.
Vamos a charlar un rato con su autor y que el mismo nos cuente quien es Doña Maru, y todo el universo que rodea a éste entrañable personaje de su último trabajo.
GFX: Tu última novela, «La Abuela que cruzó el mundo en una bicicleta» te está dando muchas alegrías. ¿Cómo la definirías?
Gabriel Rodenas: Básicamente, La abuela que cruzó el mundo en una bicicleta, es una novela de inspiración, destinada a un público amplio —y de todas las edades— que pretende aportar un poco de luz y esperanza a estos tiempos convulsos que nos ha tocado vivir.
No te negaré que me está sorprendiendo la enorme acogida internacional que está teniendo. Me hace muy feliz poder transmitir un mensaje de amor y esperanza tan lejos como sea posible.
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GFX: Doña Maru invita a enfrentarte a su propio universo personal. ¿Es una novela road trip, pero hacia el interior del lector?
G.R: No lo habría definido mejor. Ciertamente, la novela es una especie de road movie orientado hacia el interior de los lectores. Pienso que el auténtico viaje siempre es hacia el interior. Por supuesto que luego eso tiene una proyección hacia fuera, pero es hacia dentro donde debemos mirar en primer lugar. Y después ponernos en movimiento.
GFX: La literatura denominada de autoayuda es, pese a ser quizá algo denostada, líder de ventas, ¿Crees que hay mucha gente que niega leer este género, pero luego tiene un o varios ejemplares en su mesilla de noche?
G.R: [Risas] La literatura de autoayuda es un placer culpable, como la novela romántica o erótica. En cualquier caso, no tengo nada en contra de ese tipo de literatura. No obstante, La abuela que cruzó el mundo en una bicicleta es una novela de inspiración, más en la línea de El Alquimista de Coelho, Juan Salvador Gaviota de Bach o El principito de Sanint-Exupéry, sin intención de establecer un paralelismo. También puede verse un poco como la película de David Lynch Una historia verdadera. Quería escribir una novela amable y cercana. Y, de paso, dar salida a mis inquietudes filosóficas y espirituales.
GFX: Nos invitan a vivir en un estado de felicidad constante que no deja de volvernos seres cada vez más frustrados, y precisamente lo que Doña Maru transmite es serenidad, paciencia e introspección. ¿Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, o que tiene de ti el personaje?
G.R: Buena observación. Vivimos bombardeados por mensajes que nos invitan a una felicidad constante y constantemente renovada, lo cual resulta del todo frustrante y absurdo. La serenidad, una introspección relajada (y no obsesiva o egocéntrica) y la paciencia son aspiraciones y herramientas más valiosas.
Respecto al parecido de doña Maru conmigo… Bueno, supongo que es a quien yo querría parecerme. Pero lo cierto es que sigo en el camino. Doña Maru, sin duda, es mi brújula, mi hoja de ruta. Una aspiración.
GFX: En más de una ocasión te han tildado de ser un escritor Hacker al que le gusta interactuar con sus lectores. ¿En esta novela también has hecho de las tuyas?
G.R: Me gusta mucho mantenerme en contacto con mi comunidad. Son los verdaderos protagonistas de esta aventura.
Por supuesto que en este caso no iba a perder ocasión de dar salida a mi lado más “gamberro” y he ido metiendo Polaroids dedicadas en algunos ejemplares de la novela a lo largo de todo el país. Invito a quienes den con ellas a compartirlo con los demás y conmigo a través de mi cuenta de Twitter o Instagram (@gabrirodenas).
GFX: ¿Cómo compaginas tu trabajo como escritor con el de profesor de comunicación audiovisual en la Universidad de Murcia y tus colaboraciones en las revistas Yorokobu y Zenda?
G.R: Es cuestión de organización (y de madrugar) [Risas].
GFX: En esta obra han participado tu mujer y tu hijo, ¿en qué medida?
G.R: Para esta obra quise contar con la colaboración de mi esposa y mi hijo. Ella hizo las veces de musa, de inspiración, de conversaciones enriquecedoras, de correctora y de inspiración. Mi hijo, por su parte, se ocupó de las ilustraciones que hay en la novela. Formamos un buen equipo.

GFX: ¿Con que próxima novela nos vas a sorprender?
G.R: Con cuatro historias y media. Una novela un poco más literaria, pero que guarda un evidente aire de familia con la historia de doña Maru. Estoy deseando que llegue a vuestras manos.
GFX: ¿Querrías añadir algo más, algo que nos hayamos dejado en el tintero?
G.R: Tan sólo darte las gracias por permitirme compartir con los lectores de esta fabulosa revista un rato agradable. Muchas gracias y abrazos.
GFX: Gracias a ti Gabri, y esperamos que Doña Maru llegue muy lejos pedaleando a lomos de su bicicleta.
