Recordamos a Miguel Ángel Tobías a principios de la década de 1990 interpretando pequeños papeles en series de televisión como La forja de un rebelde (1990), Una hija más (1991) o Habitación 503 (1993), pero tampoco se le han resistido el teatro y el cine.
Se estrenó como presentador junto a la Reina del papel couche, Isabel Preysler, en el programa «Hoy en casa» de Telecinco y en el magazine de Antena 3 «Hoy de mañana». Lo vimos presentando la temporada 1999-2000 el espacio de variedades Noche de fiesta y le ha dado tiempo a publicar una colección de libros bajo el título de Nutrición.
Siempre vinculado a TVE, en 2004 presenta el espacio musical «El verano ya llegó» junto a Paloma Lago y es en 2005 cuando crea, dirige y presenta «Españoles en el mundo». Luego llegan «Destino Europa» (2007) en Telemadrid y el programa semanal «Madrid en mi maleta» en la misma cadena.
Su pasión por el mundo de los audiovisuales le llevó a fundar la empresa Acca Media Enterprise, a través de la cual dirige y produce programas para televisión, documentales y largometrajes de ficción.
Miguel Ángel, primero actor, luego presentador, y finalmente director de programas de televisión, documentales y largometrajes, ¿cómo te metiste en este mundo?
Tengo el problema que tienen cada vez más seres humanos, el ser multitarea, me apasionan cosas diferentes. Creo que hay un equilibrio entre mi hemisferio derecho y el izquierdo, entre mi parte analítica, científica, académica, y mi parte creativa y soñadora.
Ya hacía teatro en el instituto, me divertía mucho meterme en la piel de otra gente, aunque siempre me ha gustado, en realidad no he dejado de hacerlo nunca, en ninguna de las facetas de mi vida. Luego fueron surgiendo oportunidades, me presenté a algunos castings, y digamos que ese fue el inicio de toda mi carrera.
¿Echas de menos la interpretación?
Una vez me preguntaron, precisamente durante un casting al cabo de unos años después de haber estado en Televisión haciendo programas de salud, ¿tú eres actor?, y yo contesté: a ver, todo el que se pone delante de una cámara al final está interpretando. Alguien que está presente en los medios de comunicación puede mostrar perfiles muy diferentes, más bien, en mi caso, creo que es una mezcla de estudio e indiscutiblemente, juego. Todo depende de lo que estés haciendo en ese momento. Es cierto que mi trabajo como actor luego me sirvió mucho para cuando empece a hacer otro tipo de trabajos, como presentar programas o galas.
¡Es cierto!, te recuerdo como copresentador junto a Isabel Preysler…
Exacto, era el especialista en salud en el único programa de televisión que hizo Isabel Preisler, se llamaba «Hoy en casa» y se emitía los sábados por la tarde. Ahí vieron que me sentía cómodo frente a las cámaras. Si te fijas en los distintos programas que he hecho después, como «Españoles por el mundo», «Destino Europa», «Madrid en mi maleta», dependiendo de la persona que tenía delante o entrevistaba, ves un Miguel Ángel distinto u otro, quizá esa capacidad para interpretar que, mucha o poca, sigo teniendo.
Siempre presente en secciones dedicadas a la salud, la nutrición, ¿por qué razón?.
Me viene porque me doctoré en nutrición y luego hice medicina de emergencias, lo que también me sirvió luego para dirigir programas como «Al límite» o «Factor humano». Nunca he hecho nada sin considerar que no tenía autoridad moral o intelectual suficiente como para hacerlo.

¿Cómo das el salto de delante a detrás de la cámara?.
Te voy a contar algo que me parece muy útil, precisamente crecí junto a mis hermanos, con mi tío, que lamentablemente acaba de fallecer. Más que sobrinos, éramos como sus hijos, y siempre nos decía: «Lo que hace un hombre siempre lo puede hacer otro», de modo que crecimos sin complejos, pensando que con esfuerzo se puede lograr cualquier cosa, que si otro ser humano lo hace ¿por qué tu no?.
Cuando di el paso a detrás de la cámara fue a raíz de el programa que presentaba junto a Ely del Valle en Antena 3, «Hoy de mañana». Entonces me encargaron la sección de nutrición, eso fue justo después del programa con Isabel. En principio tenía que estar tan solo 10 minutos, pero al final iba a las 9 de la mañana y me marchaba a las 3 de la tarde, cuando se había hecho el guión del día siguiente. La directora me permitió formar parte del equipo de guión y dirección, sin cobrar por ello, durante 6 meses. De de alguna forma ése fue mi master, permitiéndome obtener los conocimientos suficientes para poder ponerme detrás de una cámara. Justo detrás de esto me ofrecieron producir y dirigir un programa de salud dedicado al mundo de la mujer que se llamaba «Tiempo para tí», presentado por Arancha del Sol. Allí estuve unos años dirigiendo el programa compaginado con otras cosas que hacía. De modo que cuando creé «Españoles por el mundo» ya había estado detrás de la cámara un buen tiempo.
¿Cual crees que fue el secreto, y es, del éxito de «Españoles por el mundo»?
Pues mira, fíjate como son las cosas y cómo surge «Españoles por el mundo». Yo venía de presentar las Galas de TVE y estos programas se veían por el canal internacional por todo el mundo. Un día estando en Perú se me acercaron tres personas diferentes, tres españoles, que me dijeron los mismo: «Miguel Ángel, ¿cuándo vas a hacer un programa de televisión que hable de nosotros, los emigrantes?. Somos los que hacemos de embajadores por el mundo, los que hemos traído nuestra cultura, gastronomía, costumbres a otros países». Entonces, yo, que estoy muy acostumbrado a escuchar las señales, pensé, tienen razón TVE tendría que hacer un programa sobre ellos.
Entonces regresé a España y me puse trabajar sobre ello. Costó un año y medio para que TVE lo comprara, después de presentar el proyecto. Yo estaba convencido de que iba a funcionar y el objetivo era demostrar algo que no se había hecho en ninguna TV. Unir el concepto de cultura y de entretenimiento. Hasta ahora los programas estaban muy definidos, o eran programas de cultura minoritarios, o de puro entretenimiento, sin aportar mucho más. Fue con esa idea con la que nació «Españoles en el mundo».
Siempre he diferenciado dos etapas en el programa: la primera cuando se puso en marcha y otro hace unos cinco años. El primer programa ya dobló la audiencia media de la cadena hasta ese momento. En esa primera etapa lo que quería mostrar era un abanico amplio de todos los españoles por el mundo. De hecho, en el primero sobre Bulgaria, entrevisté al presidente de éste país, que había sido Rey y vivió toda su vida en España, pero también entrevistamos a un homless, a un periodista, a un amplio extracto de la sociedad de españoles por el mundo. El programa ha variado mucho, aunque sigue funcionando, pero ya no tienen ese espíritu inicial con el que se creó.
¿Qué aportó este programa a tu carrera?
Bueno, el decir que soy el creador de «Españoles en el mundo» me ha abierto la puerta en otros países, sobre todo de habla hispana. Con lo cual de algún modo ésta fue la punta la lanza de otros muchos programas que han venido detrás. «Españoles en el mundo» es un formato televisivo que se ha intentado copiar en 14 o 15 países.
En Murcia también tenemos un «Murcianos por el mundo».
Por supuesto, hay valencianos por el mundo, madrileños por el mundo…, precisamente respecto a éste último hubo un litigio muy televisado, por el que Telemadrid nos demandaba, pero que perdió rotundamente pues fue fácil demostrar que el programa nació 8 meses antes que «Madrileños por el mundo», incluso, me llamaron para asesorarlos de cómo realizar el programa. Después he realizado otros espacios en Telemadrid.

Organizar un programa de estas características debe de resultar muy costoso y sobre todo debe de generar muchas anécdotas. ¿Alguna que te marcase que nos puedas contar?
¡Tengo muchísimas!…, hay millones de anécdotas. Muchas veces digo que me da mucha pena que al final solo se muestre una parte de lo vivido. Tienes que montar un programa con un tiempo y una coherencia, pero cada uno de los programas daría lugar a un segundo, pondría una cámara grabando a los cámaras, un making of de «Españoles por el mundo».
Después de conocer a tantos españoles repartidos por todo el mundo, ¿qué conclusión sacas en común sobre todos ellos?
Es alucinante la paradoja que se da. Cuando estamos en España nos encontramos una permanente pelea o lucha entre distintas Comunidades Autónomas, o ciudades, somos como poco avenidos…, sin embargo, todos los españoles que me he topado por el mundo tienen un profundo sentimiento patrio, da igual de dónde seas, Vasco, como es mi caso, andaluz, o catalán. Pero luego, aquí, la gente se avergüenza y compiten entre unos y otros lugares de nuestro país.
Otra de las cosas que permanentemente digo es que he tenido la suerte de recorrer la tres cuartas partes del mundo, y me gustaría que la gente se diera cuenta de que tenemos el mejor país para vivir. Siempre que lo analices de forma global, ya que existen lugares maravillosos por todo el mundo, pero no hay ningún país que tenga nuestro clima, nuestro tamaño, nuestra gastronomía tan diversa, nuestra seguridad, y sin ningún lugar a dudas, el mejor sistema sanitario del mundo. Es una pena el que desgraciadamente no lo valoremos y no nos demos cuenta de que hay que preservarlo para los que vienen detrás.
Llevas años produciendo documentales y largometrajes benéficos para recaudar fondos que palien situaciones tan penosas como las vividas después de una catástrofe natural. ¿Cómo surgieron estos proyectos solidarios?
Hace años ya pensé que el audiovisual, sin ninguna duda, es el motor más potente para cambiar sociedades. Que si tú lo que muestras es negativo, la sociedad cambia en negativo, y al revés, si lo que muestras es positivo. Al final lo que nos influye son los modelos que vemos a través del cine, la televisión, la publicidad. De modo que pensé trabajar con mi medio, el audiovisual, para mostrar realidades diferentes que permitan generar conciencia, y que estas conciencias provoquen una reflexión, y que esta reflexión te provoque una acción, que es cuando realmente somos útiles para cambiar cualquier cosa respecto de nuestro entorno o de la sociedad donde vivimos. Ésa fue la motivación: el darme cuenta de que hay mucho por hacer y está en nuestras manos. Cada uno en función del trabajo que realiza, el mío está relacionado con la televisión y el cine, y ahí fue donde me volqué.
En cuanto al hecho de hacer documentales sociales es resultado de haber viajado por todo el mundo, y como te decía, de ser consciente de la suerte que tenemos.
Si yo me gano la vida con esto, pensé, vamos a devolverle a la sociedad lo más que podamos, en el mismo medio en el que la sociedad me está permitiendo a mí ganarme la vida y así han surgido estos proyectos en los que llevo cinco años. El primero fue «Sueños de Haití», donde me comprometí públicamente cada año a hacer un proyecto audiovisual solidario, cultural, y benéfico.
Ahora ha pasado lo mismo en Nepal, y ya he tomado la decisión de rodar un documental para que cuando ya no sea noticia, y siga quedando mucha gente por ayudar, se pueda revivir la causa y que la gente vuelva a donar. Que los que ya lo han hecho vuelvan a hacerlo, y quienes no lo hayan hecho, por la razón que sea, pues que lo hagan. Y que los poderes públicos a nivel internacional se impliquen otra vez.
Al hilo de lo que mencionas, es cierto que hay gente se muestra reacia a donar excusándose en que la duda de si llega o no llega esa ayuda a los damnificados por la catástrofe. ¿Qué les dirías a estas personas para animarlas a ayudar?.
Lo entiendo perfectamente. Me lo han preguntado desde lo de Haití muchas veces. Es algo natural, sobre todo porque muchas veces se transmite esa duda desde los mismos medios de comunicación. A mí me la resolvió Vicente Ferrer, que en paz descanse. Una vez pude verle en una entrevista en la 2, hace años, donde el presentador se atrevió a preguntarle lo que opinaba sobre esas noticias que salen de vez en cuando de que parte de esas donaciones se pierden por el camino. Entonces fue increíble. Fue un momento televisivo que te recomiendo que rescates. Vicente Ferrer se quedó mirando al presentador que le había formulado la pregunta en silencio, durante unos segundos. En un primer plano corto sus ojos azules, silencio absoluto, su mirada ya no estaba allí, sino que se encontraba en la India. Sonrío levemente y le dijo a su entrevistador: «Mire usted, con el dinero que llega hemos salvado millones de vidas». Aquel día me di cuenta de que Vicente Ferrer había hecho un jaque mate. Podía haber defendido la labor, no ya de todas las organizaciones, sino de la suya propia, que es impecable, repito, impecable, pero se limitó a dar esa respuesta contundente.
Vamos a ver, si tú ves a una persona que pasa hambre y vas a donar un euro para ayudarla, si por el simple hecho de pensar que solamente puede que le lleguen 50 céntimos dejas de ayudarla, se muere de hambre. Dicho esto, que para mi es inapelable, no hay exclusa, nunca hay excusa para no donar. Vivimos en un mundo imperfecto, pero no podemos girar la cabeza para otro lado pues en el propio hecho de no donar está la propia imperfección del mundo. El planteamiento que nos tenemos que hacer es cual es la mejor forma que tenemos de ayudar.
En un momento a mí también me llegaron a preguntar que si no sería más útil donar el dinero que supone producir los documentales directamente. La respuesta a esto es tan obvia, pero aun así la tienes que dar. Cuando explico, en el caso concreto de «Sueños de Haití» que permitió reconstruir colegios, viviendas, orfanatos. Cuando realizo un proyecto de estas características, después de los estrenos benéficos donde se dona todo a las asociaciones que recaudan fondos, las ayudas se multiplican por 100, por 1000, o por 100.000 respecto a todo el dinero que pueda haber costado producirlo. Además, estamos generando conciencia, y que una realidad que existe no se olvide. Decía Vicente Ferrer, que «lo único que no podemos hacer es no hacer nada».
Todo un trotamundos, casi un Indiana Jones de éste tiempo. ¿Miguel Ángel Tobías tiene un campamento base?.
Cuando me preguntan que dónde vivo, siempre contesto que vivo en un avión. La realidad es que estoy todo el día de aquí para allá. Mi productora está en Valencia, debido a un proyecto que en principio era para tres meses pero que se fue alargando, llegando a crear un potente equipo que sigue conmigo durante 13 años.
Pero en realidad soy ciudadano del mundo, no siento las fronteras, ni tengo un sentimiento de arraigo especial por haber nacido en un sitio o en otro. Me sigo encontrando hermanos del alma en gentes que no hablan mi idioma, que no tienen mi religión, ni mi cultura. En realidad lo que verdaderamente importa es el corazón de las personas y le debo tanto a tanta gente repartida por tantas partes del mundo que me duele lo que pase en cualquier parte, igual que si pasara en mi barrio.
Ahora mismo, aparte del nuevo documental que vas a producir sobre el terremoto de Nepal, que ya lo podemos hacer oficial, ¿en qué otros proyectos andas involucrado?
Acabo de rodar una película en Méjico, he terminado de montarla ahora. Es un largometraje documental sobre la vida y la obra del pintor mejicano más importante que existe vivo, Manuel Felguerez. Un tipo increíble de 86 años que sigue en activo. Cuando lo descubrí pensé «este tipo tiene una película». No se había hecho nada sobre él, principalmente porque él no se prestaba a ello, es un artista puro. Me empeñé en conocerlo, finalmente accedió y ha sido una experiencia brutal. Un documental sobre la vida y la obra de alguien que está vivo y que es no solo un artista, sino un intelectual que a lo largo del S.XX se ha relacionado con todos los intelectuales del siglo pasado. Un tipo que ha vivido en 30 países, ha expuesto en otros 50. Estoy muy contento con la película. Hasta en el propio ministro de cultura de Méjico vino a decir: «que haya tenido que venir alguien de fuera a hacer una película sobre alguien que para nosotros es ya la última institución viva, dentro del mundo del arte mexicano del Siglo XX».
Ahora estoy también con el ejercicio previo al estreno, que va a ser en unos dos meses y que implica un gran esfuerzo, porque al final rodar es la parte más fácil. Mira, hay una anécdota que no olvido de Quitín Muñoz, el aventurero que hizo una travesía por el Atlántico con una balsa de juncos en Totora para demostrar que los indios habían cruzado el charco antes que Colón, y un día me decía «Miguel Angel, la gente cree que es una aventura que yo atraviese el Atlántico en esta balsa, cuando realmente la aventura es vender el proyecto». Y tiene toda la razón, lo difícil viene después, o antes, es conseguir el dinero para construir la balsa.
Estoy con esto en paralelo con los estrenos de «Gurba, la condena», un documental que aborda el conflicto político en el Sáhara Occidental y profundiza en el exilio del Pueblo Saharaui –uno de los más largos del siglo XX– y en sus graves consecuencias, todo ello desde la perspectiva de aquéllos que lo sufren. Estoy haciendo estrenos benéficos por toda España, y en otros países. En Madrid estrenamos el 2 de junio, que es el estreno más grande que se va a hacer, a beneficio de Mensajeros de la paz, del padre Ángel. Acabo de hacer uno para Caritas hace tres semanas, y en dos semanas hago el estreno en Canarias para recaudar fondos para un centro de víctimas de minas anti personas del Sahara.
Aparte ando involucrado en dos programas para televisión, pero como no están aún firmados mejor no hablar de ellos. Espero que puedan ver la luz pronto.
Tengo que preguntarte de dónde sacas el tiempo y esa energía para sacar adelante todos estos proyectos. Eres una persona a la que no la frena nada cuando lo tiene claro. Supongo que mucho tendrá que ver la familia en la que has crecido.
Como dice este Papá, que es un crac para todo el planeta tierra, los ateos lo aman igual que los creyentes, un día en el que le preguntaban sobre el matrimonio gay: «¿quién soy yo para juzgar?».
¿Conoces al Papa Francisco?
No, con éste no he estado aun, pero sinceramente tengo toda la intención de estar y lo estaré. Justamente porque estoy trabajando en un proyecto sobre un documental del hambre dentro del planeta. Es un proyecto muy grande, «Un día más en el mundo», rodado en los cinco continentes, para hablar de las consecuencias del hambre en todo el mundo. Me gustaría que conociera el proyecto.
En cuanto a la forma en la que funciono, pienso que es muy importante que nos fijemos en modelos, yo los he tenido en mi propia casa. Mis padres son de Extremadura y son unos de tantos emigrantes que con veinte años decidieron cambiar de tierra para mejorar su nivel de vida y el de su familia. Se fueron para Bilbao sin nada, y he visto cómo con mucho esfuerzo y trabajo sacaron adelante su proyecto de vida. Yo vengo de esa cultura. Mis tíos tenían talleres de metalurgia y cuando salíamos del colegio y ya teníamos edad para sujetar un martillo con una mano, nos íbamos al taller y los sábados eran estar en el taller trabajando, o las tardes después de venir del instituto. Tener bien claro que la vida no te la va a solucionar nadie.
En España con la crisis todos tenemos miedo. Yo también he estado a punto de arruinarme, literalmente, y me encanta decirlo porque creo que genera esperanza en otra mucha gente. Al final tienes una empresa que tiene unos clientes y si éstos no te pagan, estás muerto. Yo he vivido esto también.
¿El que no arriesga no gana?
Está claro. Creo que hay que perder ese miedo y aprovechar. Es cierto que estamos viviendo un cambio de paradigma total, no va a volver lo que ha sido, pero creo que en lugar de ser algo, más bien es positivo, una vez que hayamos conseguido que mucha gente salga de la miseria en la que está. Se están fomentando valores humanos, la solidaridad, el que nos demos cuenta de que para vivir y ser feliz no hacen falta muchas de las cosas que creemos que sí. Siempre pongo el ejemplo de que los momentos más felices de nuestra vida no tienen nada que ver con el día que estrenas un coche nuevo, o te compras una casa, sino con momentos en los que compartimos tiempo y espacio con la gente que queremos y eso puede ser con una cerveza en la mano, con algo que cuesta muy poco.
Nos quedamos con este mensaje Miguel Ángel, agradeciendo el tiempo que nos has dedicado con esta pausa en tú camino
Un placer.

Me alegra saber que estamos de acuerdo con el programa de Cuarto Milenio.
Venimos por algo y el mundo necesita amor!!
Las señales son claras!!
Algunos los sentimos…otros no.