¿ALGUIEN LIBRARÍA UNA BATALLA SIN TOMAR LAS ARMAS?
Nadie defiende una causa sin implicarse en la lucha. Cada estandarte que portamos en favor de una premisa, nos propone librar un conflicto. Antes o después encontraremos un opositor y debemos saber que esto no es un suceso aislado o ajeno al individuo. Cómo gestionar el conflicto y qué armas utilizar será lo que nos defina.
El objetivo de una batalla es obtener el resultado que me satisface, casi siempre, pero también puede ocurrir que ante un ataque prefiera sencillamente evitar la contienda.
Algunas personas se definen por esto, por su capacidad de evitar las pequeñas situaciones conflictivas que se dan a diario y puede que este comportamiento sea una característica estable de su personalidad, o que esté circunscrito a algún área concreta de su vida, como por ejemplo a la pareja o al trabajo. Estas personas evitan a toda costa entrar a debatir cualquier problema en pareja, no atienden a las demandas del compañero, para solucionar el conflicto, y esperan a que el otro se calme para actuar como si no pasase nada.
Para estas personas resulta angustiosa la idea de enfrentarse al otro, especialmente si existen vínculos emocionales o de carácter laboral. En estos casos las diferencias de opiniones l, los malos entendidos, los problemas cotidianos sencillamente se transforman en grandes dilemas que en caso de abordar creen que generará una guerra que perderán, (siempre son pérdidas de carácter emocional: miedo a que el otro se marche, se enfade por un periodo largo de tiempo…) prefieren por lo tanto el malestar, soportar la reprimenda sin entrar a discutir ni a defenderse, lo que a menudo provoca las siguientes situaciones.
1. El otro se irrita profundamente ante la actitud pasiva del compañero.
2. El otro aprovecha para hacer lo que le place sin importar como afecte al compañero pasivo.
Y en cualquier caso, las relaciones se van deteriorando, evolucionan hacia un estado de alienación bidireccional” donde una parte no se siente capaz de actuar y la otra actúa motivada por la rabia y la seguridad de que su compañero se mantendrá impasible sea cual sea du demanda, su crítica o su comportamiento.
Ambas partes saben que algo no funciona bien, pero suele ocurrir que en estos casos la parte que nos ocupa, tiende a negar la situación, como parte del problema, en su miedo a las posibles consecuencias negativas que anticipa, genera una fantasía de bienestar un “todo va bien” resuena en su mente, convenciéndose y farseando la realidad. Tanto que llegan a sorprenderse cuando el compañero da un ultimátum, cansado de treguas y concesiones que nunca obtienen respuesta o visos de cambio. Lo que provoca mayor irritación y frustración a quien hace la demanda.
Actuar, cambiar, invertir en esfuerzo, son la solución a un problema que comienza de forma insidiosa, pero implacable, y que finalmente acaba con la comunicación en la pareja.
Para evitar esto es preciso tomar conciencia de:
1. Cuando hay un problema o conflicto debo saber cuál es mi posición y hacerla ver de la mejor forma posible,
2. Evitarlo de ningún modo significa solucionarlo.
3. Saber que aun cuando sea educado y cuidadoso a la hora exponer mi posición existe la posibilidad de que el otro se sienta mal.
4. Opinar, exponer tus argumentos no te hará perder a tu pareja, la fortalecerá.
5. Si ante un conflicto te armas de valor y lo afrontas, además de sentirte bien contigo darás a tu pareja y a ti mismo la posibilidad de llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos.
6. Afrontar el conflicto te ayuda a mejorar y a madurar esto redundará también en tu pareja, y os fortalecerá.
7.Tú te sientes seguro, y tu pareja se siente segura, sabe quién eres, que puede contar contigo. Diversos estudios muestran la importancia que tiene este último punto en la vida de una pareja, su durabilidad y sea calidad.
No lo dudes, no te mantengas al margen, no eres un testigo mudo sino una parte del conflicto y de la solución.
No pierdas la guerra solo porque no te defendiste,
¿A qué esperas para coger la armas?, ¿A qué esperar para salvar tu pareja?.
Cristina Carmona Botía.
UP! Psicología & Coaching
Consultas: psicologia@generacionfenix.com