La industria de los juegos sexuales se ha mantenido dentro de las más rentables con el paso del tiempo y, con la introducción de la tecnología e internet, han surgido nuevos modelos de negocio que dejan en el pasado los tradicionales métodos de compra, donde se tenía que ir a una tienda a elegir el producto.
Ese modelo tradicional no captaba a esos clientes que, aunque con ganas de conocer ese mundo, se escudaban en distintos tabúes que les impedían dirigirse a un sex shop a comprar. Pero ahora, los tiempos han cambiado, las personas tienen una mentalidad más abierta y el tema sexual lo ven como algo natural, además la opción online brinda el anonimato que tanto buscaban.
El sexo ha pasado de ser un tema prohibido en ciertas áreas de la sociedad a ser objetos de marketing. Ahora es normal ver en películas como se trata la intimidad entre parejas (heterosexuales u homosexuales) y el uso de juguetes sexuales sin ninguna limitación.
Por ello, no sorprende que algunas de las páginas más visitadas en internet sean sex shops. Esta industria ha sabido lidiar con las crisis económicas recientes, manteniéndose en su posición. Su crecimiento se debe en parte a la gran variedad de productos que ofrece, desde el más clásico vibrador hasta el más innovador artículo que te permitirá tener un encuentro apasionado o cumplir un fetiche.
Esto se puede comprobar al acceder a cualquier sex shop, ya que, con lo diversa que es su oferta, resulta difícil la elección de un solo producto. Vibradores, dildos, succionadores de clítoris, geles de placer, bolas chinas, fetichismos… Un gran catálogo para disfrutar solos o en compañía.
Esta industria se ha adaptado a las nuevas tecnologías, pero también a las exigencias de las nuevas generaciones que, aunque libres de tabúes, buscan la inmediatez online y disfrutar de las novedades. Esto le ha permitido tener éxito en el mercado.