Pasado el verano, el turismo rural vuelve a cobrar fuerza, y si algo tenemos en España son pueblos con encanto en los que el tiempo parece haberse pausado desde la Edad Media.
Es el caso de miles de pueblos de origen medieval que prácticamente conservan intacto su patrimonio del medioevo, lo que hace que pasear por sus estrechas, serpenteantes y empedradas calles, se convierta en una auténtica delicia para todos los sentidos.
Si estás pensando en realizar una escapada corta pero con encanto, visitar alguno de los pueblos medievales de España, atravesando puertas almenadas de sus recintos amurallados para adentrarte en lo que era una auténtica fortaleza supondrá un auténtico viaje al pasado.
Te descubrimos las villas amuralladas de España que son un auténtico reclamo turístico que cada día atrae a miles de visitantes.
Vamos a viajar al pasado a través de estos siete pueblos amurallados de los mejor conservados de nuestro país.
1. Alquézar (Teruel)
Teruel también existe y esta maravillosa villa amurallada es prueba de ello.
A Alquézar se la conoce como «el pueblo más bonito de Huesca». Esta localidad tuvo su origen a los pies de un castillo de origen islámico que fue convertido en la colegiata de Santa María tras la reconquista, siendo declarada Conjunto Histórico-Artístico.
De la fortificación sale la muralla, con algunos tramos del siglo XI que se mantienen aún en pie, y que envuelve todo el casco histórico, repleto de maravillosos miradores, destacando el dela Sonrisa del viento.
Si vas a Alquézar te enamorará, y no debes dejar de visitar la torre albarrana, que son las ruinas de una torres cuadrangular, que junto algún fragmento de una iglesia románica, conforman un precioso claustro del siglo XIV.
Además podrás practicar senderismo por la espectacular ruta de las pasarelas de Alquézar.



2. Albarracín (Teruel)
Seguimos en Teruel y visitamos uno de los pueblos medievales más bonitos de España. Albarracín se encarama sobre un peñón, rodeado del río Guadalquivir y de la sierra de Albarracín.
En esta maravillosa villa medieval podrás pasear por un delicioso casco histórico que data del siglo XI, dotado con el título de Monumento Nacional.
Al situarse sobre el peñón la tipografía del terreno hace que sus calles sean de un trazado irregular, protegido por una muralla del siglo XIV que se encuentra en muy buen estado de conservación.
Dentro de la fortaleza podremos visitar el Alcázar (S. XI) y la Catedral del Salvador (S.XVI)



3. Morella (Castellón)
En este caso viajamos hasta el norte de la provincia de Castellón, justo a la falda de un risco en el que se encuentra Morella, una villa de 2.500 habitantes coronada por un magnífico castillo del siglo XIII.
Justo debajo del castillo encontramos su casco histórico, repleto de serpenteantes calles de adoquines protegidas por una inmensa muralla medieval del siglo XIV.
En esta espectacular villa medieval no dejes de visitar el Castillo. Vale la pena pasear por él y coronarlo para contemplar las espectaculares vistas que ofrece.
Además también puedes visitar la Basílica Arxiprestal, las Torres de Sant Miquel, los Arcs de Santa Llúcia el Portal de la Nevera, el ayuntamiento y prisión, la Calle Blasco de Alagón y la Torre del Consell.



4. Castellar (Cádiz)
Esta villa amurallada se encuentra al sureste de la provincia de Cádiz, justo en la comarca del Campo de Gibraltar.
Enclavado sobre una montaña desde donde podrás divisar la bahía del Algeciras, el peñón de Gibraltar y hasta la misma costa de África.
Justo en lo alto de la montaña se levanta el imponente castillo medieval de Castellar (S.XII y XIV) que se encuentra perfectamente conservado protegiendo la encantadora villa que discurre entre sus muros.
Sus casas encaladas, típicas de Cádiz, se asemejan a las de los pueblos de reminiscencia árabe y en el interior de la villa te toparás con la iglesia del Divino Salvador, a la que se encuentra adosado un pasadizo que la une con el alcázar.
Además podrás visitar el Parque Natural de los Alcornocales, que está considerado como el pulmón verde de la comarca.



5. Buitrago Del Loyola (Madrid)
Esta vez viajamos a Madrid para situarnos a orillas del río Lozoya, justo a los pies de Somosierra y a 75 km de Madrid. Allí encontraremos una maravillosa villa a la que se la conoce como «La muralla de Madrid», debido al buen estado de conservación de su muralla, que con un perímetro de más de 800 m, protege su encantador casco histórico.
Algunos tramos de la muralla aún mantienen casi intactos los torreones, la barbaana, el foso, una tore albarrana y un alcázar.
Si vas a Buitrago no dejes de visitar el Castillo, la Iglesia de Santa María del Castillo, la Torre del Reloj y el Museo Picaso.



6. Ciudad Rodrigo (Salamanca)
Al oeste de la provincia de Salamanca, junto a Portugal, y regada por las aguas del río Águeda, se encuentra esta ciudad cuyas murallas, testigo de numerosos asedios por su situación estratégica, fueron construidas por orden del rey Fernando II de León en 1160. Los dos kilómetros y medio de perímetro de muro aprovechando los restos de una muralla romana encierran la villa, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1944. Intramuros no hay que dejar de pasear por las calles medievales repletas de palacios y casas señoriales (como la del Marqués de Cerralbo, la de los Miranda y el precioso Palacio del Águila), o la Plaza Mayor con la Casa Consistorial (edificio renacentista del siglo XVI). En la parte más elevada, el Castillo de Enrique II de Trastámara (1372), con su Torre del Homenaje de tres plantas, alberga hoy el Parador de Turismo. Otra de las joyas de la villa es la Catedral de Santa María, de 1165.



7. Besalú (Gerona)
Es otra de las villas medievales amuralladas mejor conservadas de España, ubicada a 35 km de Gerona. Un puente románico del s. XII sobre el río Fluviá da acceso al casco antiguo de la localidad en la que residen unos 2.000 habitantes. Enclavada en La Garrotxa y a un paso del Parque Natural de la Zona Volcánica de dicha comarca, está construida alrededor de un castillo del s. X (hoy desaparecido), erigido en lo alto de un cerro. Catalogada Conjunto Histórico-Artístico Nacional, por el espectacular trazado monumental, las estrechas y empinadas calles adoquinadas de la villa atraviesan enclaves como las ruinas de la Colegiata de Santa María (s. XI), el Monasterio de Sant Pere (s. X) o el antiguo Hospital de Sant Julià (s. XII).


