Hoy a quedado vacío el asiento K de la Real Academia española, pues nos ha dejado la novelista Ana María Matute Ausejo (Barcelona, España, 26 de julio de 1925 – ibídem; 25 de junio de 2014).
Novelista española, y la tercera mujer que recibio el Premio Cervantes, obtenido en 2010.
Matute fue una de las voces más personales de la literatura española del pasado siglo XX, considerada, por muchos, como una de las mejores novelistas de la posguerra española.
Ana María Matute trata muchos aspectos políticos, sociales y morales de España durante el periodo de la posguerra.
Su prosa era muy frecuentemente lírica y práctica. En sus novelas, Matute incorporaba técnicas literarias asociadas con la novela modernista o surrealista. Con todas estas cualidades y talento literario, Matute ha sido considerada «una escritora esencialmente realista». Muchos de sus libros tratan del periodo de la vida que abarcan desde la niñez y la adolescencia hasta la vida adulta.

Ana María Matute utilizaba mucho, como fuente primaria, el pesimismo, lo cual da a sus novelas una sensatez más clara que la realidad de la vida. «La enajenación, la hipocresía, la desmoralización y la malicia», son características que comúnmente son fáciles de encontrar en la ficción de sus obras.
Una de sus características más comunes es el uso de la trilogía: una obra literaria que está compuesta por tres novelas o cuentos que tienen tanto características en común como diferentes. Muchos críticos consideran que su mejor obra es la trilogía Los Mercaderes, la cual está conformada por Primera memoria, Los soldados lloran de noche y La trampa. Sobre su obra se dice que «aunque los argumentos de cada una de sus novelas son independientes, las une el tema general de la Guerra Civil y el retrato de una sociedad dominada por el materialismo y el interés propio».
Descanse en paz