«NEtiqueta»: Educación, cortesía y otras normas no escritas en las redes sociales

Salvo los nativos digitales y milennials, a nadie se le ha enseñado cómo comportarse en las redes sociales. Aprendimos a redactar cartas, a establecer y cumplir códigos de conducta socialmente aprobados. Formalismos y despedidas. Pero no se nos preparó para la irrupción de las redes sociales.

Netiqueta (netiquette), es el término utilizado en castellano para referirse a las «normas de etiqueta y buenos usos» en las redes sociales

La inmediatez y repercusión que puede tener un mal uso de las redes sociales es abrumadora. Un solo despiste o un mal día puede pasarte factura el resto de tu vida manchando nuestra imagen o marca personal. «Somos lo que hacemos» así que es bastante lógico pensar que aquello que publicamos irá en consonancia con nuestros valores o principios… o debería.

Y es curioso porque al escribir en las redes sociales -post, tweet, o comentario- lo hacemos, supuestamente, a través de un proceso reflexivo, y en parte racional, distinto al que quizá haríamos de viva voz.

Nuestra «huella» digital queda plasmada en el tiempo y visible para la mayoría de usuarios de esa red. Y las cosas vistas en perspectiva, y sin el condicionante temporal, pueden llevarnos más de un quebradero de cabeza. Que se lo digan si no a algunos políticos que han visto su carrera arruinada por su pasado en las redes sociales.

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Realmente no existe un código uniforme de comportamiento más allá de los surgidos por organizaciones y colectivos privados para marcar las normas de convivencia de sus usuarios.

La norma general es «no hagas en las redes sociales aquello que no harías en la vida real». Actúa con la misma coherencia y respeto. Cuestión de «Netiqueta».

El problema es que tras la pantalla de un Smartphone, Tablet u ordenador todo se ve desde otra perspectiva. Y podemos caer en la tentación de actuar de una forma distinta a como lo haríamos en el mundo 1.0. Esa distancia o sensación de falsa privacidad erróneamente nos invita a expresar opiniones o afirmaciones que difícilmente haríamos en otras condiciones.

¿Quién no ha vivido al pesado de turno, al troll que revienta posts, artículos o tweetts? O que reiteradamente acosa a otras personas sin darse cuenta del daño que causa a su imagen y a la del que publica.

Otra cosa es la libertad de expresión o la crítica constructiva. Cuando estás en una red social debes estar preparado a ese tipo de juicios y opiniones. Si no, no publiques. Ahora bien, no todo vale. Puntos de vista distintos no están reñidos con los buenos usos y la «Netiqueta».

En último extremo, si no es suficiente con no hablar, ignorar o simplemente pasar de esa persona molesta, en las redes sociales se nos ha dotado de un arma letal: «El bloqueo». Y no es precisamente como en baloncesto. Aquí es para dejar bien claro que cibernéticamente eres persona non grata. Toda una declaración de principios. Se nos transfiere el poder de juzgar y castigar a terceros que algunas personas han llevado hasta un estado de culto. Impasibles, y sin pestañear, accionan el botón de bloqueo y ahí te quedas.

Como denominador común, los principales códigos de Netiqueta recogen los siguientes consejos para sobrevivir en la jungla de las redes sociales:

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  • No actuar en frío. Si se está emocionalmente caliente, lo mejor es contar hasta 1000, serenarse y luego contestar.
  • NO USES MAYÚSCULAS ya que denota GRITAR.
  • Si vendes algo no hables de ello todo el tiempo. Mezcla información de vez en cuando para dar utilidades a tus seguidores.
  • «Don’t feed the Troll». Antes de optar por el bloqueo ignora a esa persona que bombardea tu red con comentarios fuera de lugar (no confundir con crítica constructiva). Ten por seguro que se va a dar por aludido. De lo contrario estarás otorgando un poder innecesario que le hará mostrarse más activo en su cruzada.

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  • Ante la duda contestar con preguntas: Si no lo tienes claro o no estás bien informado usa preguntas abiertas antes de un ataque. Siempre tendrás una segunda oportunidad para aclarar tu postura. Evitar el conflicto es crucial.
  • No sobrepublicar. Es bueno dejar un espacio para no saturar a la audiencia. Y tampoco es un diario en el que tengas que detallar todo lo que haces en el día a día. Acabarás por aburrir a tus contactos.
  • Evita el uso indiscriminado de hashtags. Ten en cuenta también la red en la que estás publicando. No es lo mismo Twitter que Facebook. Algunos usuarios de Facebook “atiborran” sus posts con invenciones más o menos acertadas:
    • #festukiconlosamigos
    • #masfelizqueunaperdiz
    • etc
  • Salvo causas justificadas autogustarse no es un buen consejo. Denota narcisismo y necesidad de aprobación.
  • Verifica las fuentes de las que obtienes la información. Los bulos y la falta de rigor pueden encasillarte y lastrar tu credibilidad futura.
  • Respeta el trabajo de los demás. Está bien recoger información de otros autores, pero siempre cítalo y pon en valor su trabajo. Al revés seguro que no te gustaría….
  • Hablar de accidentes o catástrofes no es muy acertado. La probabilidad de meter la pata es exponencial.
  • Conocer las reglas y limitaciones de cada Red. Por ejemplo, en Twitter no es muy lógico gastar los 140 caracteres. Si lo haces te estás equivocando de red social al tiempo que no dejas espacios para los retweets.
  • El uso de emoticonos permite dotar de emociones y así quitar frialdad y darle el giro adecuado al mensaje.

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  • El anonimato o falso perfil no es aconsejable. Máxime si te crees exento de la Ley. Todo queda registrado y posteriormente solo hay que trazar al infractor. Aviso a los navegantes.
  • Si copias y pegas enlaces de páginas (URL’s) utiliza acortadores: En http://goo.gl/ encontrarás la herramienta para no poner links interminables.

http://es.wikipedia.org/wiki/Jerga_de_internet vs http://goo.gl/DdUYI5

  • Comerse palabras al estilo SMS ….. Eso ya no se lleva. Renovarse o morir.
  • Etiquetar a diestro y siniestro. No todo el mundo tiene tus intereses y una etiqueta puede ser considerada como una incomodidad o falta de tacto para muchos.
  • Evita conversaciones personales en público que solo los implicados entienden. Para ello hay otros espacios más adecuados, ¿no? En Twitter es norma casi habitual pero en otras redes sociales en un mal endémico y foco de errores y malentendidos.
  • Selecciona tu audiencia -target-. La mayoría de redes sociales permite filtrar el público al que te diriges. Una buena selección y gestión de listas es básica a la hora de publicar noticias.

Numerosos estudios demuestran que en las redes sociales buscamos la aprobación de nuestros amigos. La barra de medir esa correspondencia o recompensa es variada; seguidores, retweets, megusta, etc. Curiosa la poca o inexistente separación entre conocido y amigo.

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En la vida real los amigos se pueden contar con los dedos de una mano. Sin embargo en las redes sociales elevamos de grado a simples conocidos o gente con la que probablemente nunca tengamos ninguna interacción en la vida real.

Es un círculo vicioso y populista. Si recibo mi recompensa repetiré la conducta que me la proporciona. De ahí lo adictivo que puede llegar a ser un mal uso de las redes sociales.

La baja autoestima a veces puede ser compensada con una vida cibernética donde determinadas personas pueden reinventarse bajo un avatar o perfil creado con el tipo de vida que le gustaría vivir.

A diario, las redes sociales nos bombardean directa o indirectamente con mensajes y anuncios de lo maravillosa que es la vida aquí o allá, de las vacaciones fabulosas de toda la familia Pérez o del nuevo vehículo que ha adquirido Paco….. Por imitación, y para no ser menos, podemos acabar cayendo en la trampa del yo más, con exhibicionismo incluido.

Entre los más jóvenes esta necesidad es aún más latente. Si no estás en una red social y encima no muestras lo magnífica que es tu vida es como si no existieras para el grupo. Los selfies son solo una muestra de la que se nos avecina.

Como todo en la vida. En pequeñas dosis y con moderación. Y como decía al principio, no actúes de forma distinta a como lo harías en la vida real. Se trata simple y llanamente de sentido común.

Moraleja: Dime qué y cómo publicas y te diré, o dirán, cómo eres …. ; )

José Sánchez Labella
José Sánchez Labella

Socio Director de WinTwoWin

www.wintwowin.com

Servicios de Coaching, Mediación y Consultoría

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