No podemos negar que las parejas cada vez duran menos. Y, ante la situación, podríamos ver el vaso medio vacío, pensar que es parte de la degradación de la sociedad o, incluso, podríamos verlo medio lleno, y decir que es sólo parte de la evolución hacia el matriarcado y la felicidad total de las personas. O quizás, simplemente, estemos condenados a tener «Parejas con Fecha Caducidad».
Ahora todo es más acelerado, el conocernos, juntarnos, intimar… y si la cosa no va bien, pues a cortar. La cuestión es que, muchas de esas rupturas no son malas decisiones y las personas, con el paso del tiempo y las experiencias, vamos encontrándonos y descubriendo que es aquello que queremos y eso es bueno, ¿no crees?.
Hace ya mucho tiempo vi un documental que me impactó, trataba de una tribu indígena, creo que en un país asiático. La verdad es fue hace mucho y no recuerdo donde exactamente, pero lo que me sorprendió es que las mujeres aseguraban que estaban junto a sus parejas sólo mientras las querían y, cuando eso cambiaba, simplemente las dejaban.
[one_half]Hasta ahí todo normal. Siempre hay quienes se acomodan a sus parejas y no les dejan aunque la cosa se haya enfriado, aunque vaya regulín, solo por no estar solos. pero volvamos al documental: estas mujeres, cuando tenían hijos, continuaban con el ciclo y, de hecho, en esa sociedad no existía la palabra papá, la figura paterna, estaba representada por los tíos maternos. Aunque pueda parecer lo contrario, en esa sociedad los hombres también tienen una labor importante, como en la nuestra, pueden tener hijos con quien quieran y no volver a saber de ellos, pero su responsabilidad como “padres” debían ejercerla con sus sobrinos, puede parecer ajeno a nuestro modo de vida, pero me pareció realmente extraordinario. Nadie tenía que estar donde no quería, los niños crecían sin ningún apego a esa otra figura que podía estar o marcharse cuando quisiera, pues era solo la pareja de mamá.[/one_half]
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Esto se quedó un poco frió en mi cabeza, algo anecdótico quizás, pero hace unos días me tropecé con un artículo de La Vanguardia en el que entrevistaban a un psicólogo a razón de su nuevo libro,en el que, entre otras cosas, comentaba que deberíamos dirigirnos a una sociedad en la que renovásemos las parejas cada 5 años. No por obligación, ni por ley, sino más o menos por lo mismo que en esa cultura desconocido: para ser más felices. El psicólogo aseguraba que una relación sentimental sana es aquella en la que tú le puedes decir a tu pareja, «te quiero pero no te necesito». Continuaba diciendo que deberíamos cambiar de parejas cada 5 años para que la costumbre no nos lleve a querer retener a la otra persona sólo para no sentirnos solos; que el sistema de «hasta que la muerte nos separe» ha funcionado hasta ahora porque “el hombre era poseedor de la mujer, pero esto no es una vida en pareja, es la vida del amo y un esclavo”.
Al margen de las muchas parejas que con los años se consolidan y en las que ambos se complementan, no podemos engañarnos y decir que para todos es igual. Hay también personas a las que le va mejor solas, porque ser el feliz no se consigue por estar al lado de nadie.
¿Piensas que podríamos adaptarnos a todas las ventajas y desventajas de este sistema?, ¿Tú qué crees? ¿Amores con caducidad o hasta que la muerte nos separe? Como siempre, espero tus comentarios a ti en nuestro próximo viaje.