En las bulliciosas calles de Barcelona, un cambio peculiar ha capturado la atención de lugareños y visitantes por igual. Los legendarios personajes de cómic, Mortadelo y Filemón, han asumido un nuevo rol como reguladores del tráfico en la ciudad condal. El singular homenaje a su creador, el querido Francisco Ibáñez, se ha traducido en semáforos que llevan la esencia del humor a los cruces más concurridos de la metrópolis.
El primero de los cuatro semáforos que presentan a Mortadelo y Filemón en acción se encuentra en el cruce de la Calle Treball con Concili de Trento, en el distrito de Sant Martí. Esta elección no es coincidencia, ya que Sant Martí fue el hogar del propio Ibáñez. Justo enfrente de la galardonada biblioteca Gabriel García Márquez, estos personajes del cómic español ahora guían a los peatones y automovilistas con sus característicos movimientos y gestos.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, no pudo ocultar su entusiasmo por esta brillante idea que surgió en las redes sociales, propuesta por un profesor jubilado llamado Francisco José Ibáñez. Aunque no hay parentesco familiar con el renombrado dibujante, su propuesta se convirtió rápidamente en un clamor popular entre quienes han crecido leyendo las aventuras de Mortadelo y Filemón. El alcalde compartió su entusiasmo por llevar adelante esta ingeniosa iniciativa, tras obtener el permiso de la familia y la editorial.
Núria Ibáñez, hija del célebre creador de Mortadelo y Filemón, expresó su emoción ante esta iniciativa y aseguró que a su padre le habría encantado ver los semáforos adornados con sus personajes icónicos. “Se habría reído mucho con la propuesta y la idea, pensaría que sería divertidísimo ver a Mortadelo y Filemón cambiar constantemente de verde a rojo; estaría encantado“, afirmó con una sonrisa.
Esta iniciativa no solo añade un toque humorístico a la vida cotidiana en Barcelona, sino que también es un tributo conmovedor a uno de los más grandes iconos de la historieta española. La ciudad se ha vuelto aún más vibrante con estos semáforos, donde Mortadelo y Filemón, con su peculiar estilo y personalidad, guían a peatones y automovilistas por las calles de una manera que solo Ibáñez podría haber imaginado. Este homenaje es un recordatorio de la perdurable influencia del cómic y cómo puede tocar nuestras vidas de formas inesperadas y alegres.
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